No remueve el polvo
Una de las razones principales por las que ThermIQ marca la diferencia con respecto a sus competidores es que parte de su tecnología se basa en la radiación. Y la radiación es una forma natural de transmitir el calor que, entre otras cosas, no remueve ni el polvo ni otras sustancias.
Los sistemas convencionales de calefacción transmiten el calor por convección. La convección es una forma de transmitir el calor que consiste en calentar el aire de la estancia.
Un radiador eléctrico o una bomba de calor, por ejemplo, calienta el aire que lo rodea. Cuando el aire se calienta pierde densidad, se hace ligero y asciende hacia el techo. Al mismo tiempo, el aire frío del techo tiende a descender porque ahora es más pesado y denso que el aire caliente que está ascendiendo.
Una de las consecuencias de este fenómeno físico propio de la convección es que el aire está permanentemente en movimiento. El aire fluye de arriba a bajo según va ganando o perdiendo densidad. Pero claro, el aire no es puro, contiene elementos como el polvo y otras sustancias. Naturalmente esto es un problema para la higiene, pero también es un problema para la salud en general y para los asmáticos y los alérgicos en particular.
Con ThermIQ este problema sencillamente desaparece porque la radiación proyecta el calor directamente hacia las personas y los objetos sólidos. Con ThermIQ promovemos y protegemos la higiene y la salud.